Escondió sus sentimientos tras una flor porque no quería hablar
de lo que sentía.
Su corazón latía por alguien que no se daba cuenta que ella existía.
Cerró sus ojos como dulce despido y trato de olvidar eso que solo despertaba en
ellas lágrimas saladas.
Se oculto tras esa flor porque era tan dulce y cálida que no
podía entender en que fallo.
La indiferencia fue
el peor puñal y la entrega de un amor pleno fue objeto de un simple juego.
Hoy sus lágrimas hablan de doloroso recuerdos, que debe de
olvidar.
Y su corazón seguirá latiendo
por aquello que nunca fue.
Autor: Emilce Esnarriaga.
Imagen: sacada de la web.
Fecha.03/07/2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario