Me enseñaste a caminar con el corazón abierto, sintiendo
cada palabra que nacía de muy dentro.
Me enseñaste a ser cautelosa aún con mis propios sueños.
Me enseñaste que nunca destierre la fiera que llevaba dentro
porque algún día la necesitaría, nunca pensé que tus palabras harían eco en mi pecho y hoy salen
a relucir como ese reflejo que se dibuja en medio de un manantial.
Mi mirada se vio perdida porque debió cambiar su estilo por
culpa de alguien que intento dejarme sin respiro.
Ya mi transitar no es mismo si bien aun ciento lo que digo
la cautela se ha hecho dueña de mí suspiro.
Autor: Emilce.E.Esnarriaga
Imagen: sacada de la web.
Fecha: 16/01/13.
Emilce Esnarriaga Todos
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