Ha comido de mí ser las ratas más asquerosas de ese baldío en donde creí pertenecer.
Mi alma ha sangrado de tal manera que ya ni las palabras me hacen daño.
Las espinas ya no me fisuraran la piel y esa agonía que solía hacerse presente se evaporo para siempre.
Hoy renace un futuro, tal vez más frío, tal vez más crudo, pero con sus sueños seguros.
El suelo se agrieta apoderándose de todo lo que dejo y el cielo suplica que esboce ese perdón que elevará mi ser por completo.
Autor: Emilce,Elizabeth,Esnarriag
No hay comentarios:
Publicar un comentario