Ya no serán mis pensamientos los que deambulen, sino mi pecho quién suspire ese adiós que siempre se empecino en expresar.
Se marcha gran parte de mi vida, despojándome de aquello que un día creí que tenía aroma a melancolía.
Se va, dejando cenizas de aquello que parecía ser fogata y abrigo de un corazón que tenía frió.
Tal vez surque el cielo y su aleteo me recuerde que lleva consigo esas ilusiones que han partido porque nunca han tenido voluntad de nacer desde lo profundo de mí ser.
Autor: Emilce,Elizabeth,Esnarriag
Imagen: sacada de la web.
. Fecha: 16/01/2014. Todos los derechos de autor reservados
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