Mis rodillas han conocido el dolor que se siente cuando se apoyan al piso.
Mis manos han conocido lo que es aferrarse al suelo.
Mis pies se han adormecidos tratando de mantenerme de pie.
Mi cuerpo ha desvanecido a causa de tanto dolor mi piel se ha cuarteado por tantas heridas.
Mi cuerpo ha conocido de batallas y de agresiones.
Mi alma estuvo a punto darse por vencido y cuando menos lo espere esa esencia que en mi había broto como manantial de agua bendita y me volvió a elevar a la vida.
Autor: Emilce,Elizabeth,Esnarriaga.
Imagen: sacada de la web.
Fecha:24/01/2014. Todos los derechos de autor reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario