Encontré el camino para ahuyentar mis penas, se evaporaron esas lágrimas que ahondaban en tristeza.
Fue la esperanza y la convicción de que valía la pena mirar al cielo y descubrir que la inmensidad estaba cerca.
Ya no había razones ni escusas, mi alma estaba convencida que toda valdría la pena.
Alce los brazos dando gracias porque la vida estaba luchando para que sea más sabia.
Autor: Emilce,Elizabeth,Esnarriag
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