Arden las injusticias y arde el espíritu, pidiendo a grito ese alivio que por años ahueco su ser.
Flama que arde ante nuestros ojos, llama que ciega con dolor, grietas que laten fuego y un acides que provoca esta senda que nos lleva a la insensatez.
La vida quema como aquel volcán furioso, su lava arrasa inclusive arrastrando con ella aquel suspiro llamado esperanza.
Me quemo por dentro y por fuera, la vida solo se ensaña buscando que sea yo mismo el que traiga calma a este ardor que achicharra el alma.
Autor: Emilce,Elizabeth,Esnarriag
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