Se van los días y los suspiros de tal manera que los amaneceres son oxígenos para volver a respirar.
La seriedad se confunde con un torrente de sinsabores y en realidad es seguridad de para poder seguir viviendo y no evaporarse como ese humo que se llevó el viento.
Se malgasta el tiempo como ese pitazo sin sentido segando la visión e intoxicando el reposo dejando el alma en vilo.
Autor: Emilce,Elizabeth,Esnarriag
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