Pasan las horas acechadas por esa alma negra que vive alimentándose del fracaso ajeno.
Nace un aroma a mendigo que respira con ansias de poder encontrar tristeza.
Viven deseando que la oscuridad aseche la vida ajena porque es tan sombrío esos latidos que poseen que renacen al saber que no son los únicos viudos de pena.
Marchan las horas y sus ojos desesperan tratando de encontrar otras almas negras que puedan convivir con la hiel de sus deseos que desesperan.
Respiran como arpías rogando no ser las únicas almas negras.
Autores: Emilce,Elizabeth,Esnarriag
Fecha: 20/08/2014.
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Imagen: sacada de la web.
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