Que la pureza de mi mente y de los pensamientos ajenos no envenenen el camino de esta vida que es tan clara pero desfiguramos su silueta creyéndonos artista.
El blanco de lazos de paz y un aroma a sencillez es posada en las entrañas de la tierra, tal vez buscando perdones, tal vez buscando ese respiro renovado y ese nuevo día que por primera vez abrió sus ojos, descubriendo lo desconocido intentando nacer sin memoria.
Entregando a la vida esa, rosa pero sin espinas se despide un ayer que tuvo su razón, pero ya no tiene cabida en este nuevo amanecer que extiende sus alas decidido a descubrir su propia vida.
Autor: Emilce,Elizabeth,Esnarriag
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