El silencio se hizo eterno cuando ella entro al lugar, las
miradas se cruzaban como rayos de luz.
Ella había entrado donde nunca nadie se atrevió, por pensar que
ahí dentro solo habitaba el mal humor.
Cautelosa en su paso y con la amabilidad en sus manos ella
ha logrado lo nunca nadie se atrevió por dejarse llevar de sutiles comentarios
que vagaban por las veredas encaratulando por el simple hecho de que hoy en día
no se cobra un mango.
El silencio se hizo un manto y la pureza de un corazón noble vistió
de colores ese sitio, provocando que la vida pegue un grito.
Autor:Emilce.E.Esnarriaga.
Imagen: sacada de la web.
Fecha: 14/08/12.
No hay comentarios:
Publicar un comentario