Sus almas gritan ser liberadas de ese osco tronco de pura
dureza.
Sus gritos se escuchan desde lejos pero sus dueños no los
escuchan.
Esas almas perdidas, buscan desesperadas ser escuchadas,
pero por más que griten sus voces fueron calladas.
Deambulan en un
paisaje oscuro, prohibidos de su libertad, solo ruegan por que algún día puedan
ser escuchadas y su vida se convierta en un sutil lazo de bondad y humildad.
Autor: Emilce Esnarriaga.
Imagen: sacado de la web.
Fecha: 25/06/2012).
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