Sus encantos bañaron la pradera como dulce roció de
primavera.
Su inocencia se confundió con la pureza de las aves.
Su delicada piel se perfumó
de asares.
Delicada y autentica ella se convirtió en dulce naturaleza.
Autor: Empilche Esnarriaga.
Imagen : sacada de la web.
Fecha: 25/06/2012).
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