En su pecho yacía un dolor profundo, la desconfianza se convirtió
en su aliada.
Sus días se convirtieron grises y el desconcierto apabullo sus
sueños.
Pidió al cielo esa luz que la dejaría entender porque tanto incierto.
En su pecho yacía un dolor profundo, la desconfianza se convirtió
en su aliada.
Pero su vos fue
escuchada y su pecho se despojo de ese
dolor incierto y dejo partir la desconfianza.
Su alma volvió hacer la misma, llena de luz y esperanzas.
Autor: Emilce Esnarriaga.
Imagen: Sacada de la web.
Fecha: 26/06/2012.
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