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jueves, 24 de enero de 2013

Disfraces.

De alguna manera todos alguna vez nos hemos puesto esa mascara que tal vez por cobardes o por esquivar una reacción que no nos agradaría o simplemente por no lastimar y pensar en el otro la hemos usados.
Tal vez hay momentos en los que vale la pena, pero la mayoría de las veces la usamos con segunda intención, o porque simplemente ni siquiera nosotros nos aceptamos como somos.
Debemos saber que cada uno de nosotros poseemos un valor incalculable, ese valor que no se parece a otro, pero no alcanzamos a darnos cuenta por envidia, egoísmo o porque en realidad no sabemos vivir o simplemente ni siquiera tenemos sueños, entonces nos ocupamos del otro y aquí comienzo la desesperación de sobre salir ante la mirada ajena, de ser mejor que al que tengo al lado, de tener más publico sin importar ni siquiera si este es autentico.
Cada vez vamos cayendo mas en este teatro de pantomimas, pero cuando llegue el momento de darnos cuenta que tenemos, como hemos vivido, será el momento más triste de nuestras vida el más frustrante, al darnos cuenta que en realidad nunca fuimos lo que realmente añoramos, sino que fuimos títeres de nuestra propia debilidad por no saber mostrar lo que somos o porque nos llenamos de ego e envidia.
No somos replicas, no somos marionetas de la sociedad, tenemos identidad, tenemos sentimientos y raciocinio, entonces porque nos desvaloramos tanto, porque desfiguramos lo que somos, no seamos espejo de nadie, luchemos por ser uno mismo y si a alguien no le gusta y bueno después que se pregunte quién es el que realmente ha vivido.
Las mascaras se han diseñado para las fiestas de disfraces no para mostrar algo que no somos.
Autor: Emilce.E.Esnarriaga
Imagen: sacada de la web.
Fecha: 24/01/13.
Emilce Esnarriaga Todos los derechos reservados

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